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Iceberg


En el país de hielo vivían unos seres que permanecían allí desde el principio de la memoria. Estos seres acuáticos permanecían en las profundidades de las aguas gélidas, y rara vez salían al exterior a respirar oxígeno. Hacía ya mucho tiempo que se escondían bajo ese manto polar que cubría la superficie... Sus ojos eran negros, tanto como la oscuridad, así como sus cabellos; y sus extremidades atléticas y acabadas en pies y manos membranosos. Su tez pálida así como su sonrisa. Su piel, tan dura como el acero, seguramente cada vez más por no salir a ver el sol y permanecer a temperaturas extremas.



Excavaban pequeños habitáculos en las puntas sumergidas de los icebergs, y así viajaban lentamente con ellos en los sueños. Danzando al son de las olas en calma del eterno invierno de sus aguas y de sus almas. Pues cada año que pasaba, se tornaban más y más reacios a subir a la superficie. Además poseían un extraño don, podían salir y respirar oxígeno, nadando hasta salir...pero lo que era más sorprendente; podían dar la vuelta al iceberg con el poder de su mente y quedar expuestos al sol, a lomos de una inmensa montaña de hielo siete veces más alta que la parte visible del bloque de hielo. No era magia, simplemente era un poder que todos poseían. La intención.




Simplemente se concentraban en una meta, un deseo, solo un plan, una idea, una intuición, un sueño. Se concentraban de tal manera que el gran bloque de hielo crujía y parecía cobrar vida. Se estremecía y se agitaba como queriendo expulsar algo que llevaba muchísimo tiempo escondido. Y con un gran estruendo el iceberg se volteaba y sus cuerpos gélidos quedaban expuestos en lo alto de la más alta montaña de hielo jamás vista. Entonces sus ojos negros al contacto con el sol se tornaban rojizos, así como sus cabellos. Su piel se aterciopelaba y poco a poco empezaba a desprender destellos de plata. Y sus voces sordas en las profundidades clamaban al cielo, y sonaban como miles de instrumentos de viento y metal al unísono y grandes percusiones, y se formaba la más grande y esplendorosa sinfonía que in crescendo llenaba de alegría y admiración a todo el que la podía oír; retumbando por todo el planeta...



Ya sabrás a estas alturas que te voy a decir ahora... Sabrás que estos seres te acompañan en el mar gélido de tus sueños rotos. Rotos por cualquier motivo que se te ocurra. Sabrás que ellos viven en tu interior. Y has de saber que la gente solo ha visto de ti la punta del iceberg, el iceberg es nuestro potencial. Tenemos tanto escondido dentro que tira de nosotros hacia las profundidades. Pero tenemos el don de revertir tal bloque de hielo. Y si consigues darle la vuelta y mostrarte tal y como eres...amig@, eres imparable. Si dejas tu potencial escondido, la corriente de la vida llevará ese bloque de hielo hasta lo más cálido y se derretirá poco a poco. No dejes que eso ocurra.


Sube a la cima de tu montaña invertida, que las aguas de los sentimientos te llevarán a su destino. Muéstrate tal y como eres y desde arriba podrás ver lo que durante tanto tiempo has dejado sumergido en la nada, en el olvido, en el frío... Despierta!!!


Por Jordi Luna

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