Cuentan que antaño, los hombres contaban estas historias a sus hijos...
"Una hoja en el suelo, inmóvil, espera pacientemente ser transportada. No desea nada más pues es su último viaje, y este viaje la transportara a otro lugar. Luego quizás a otro, a otro, y a otro hasta que quede desintegrada en pedazos. Nunca saben dónde irán a parar, pues el viento es caprichoso. Así como la situación donde se encuentran; si está en el suelo o el mismo viento la desprende de la copa de un árbol. Pueden caer al suelo, al agua, depende de la situación...
-¡Pues bien!Cuentan que una vez, una de esas hojas quería volar más alto y se aferro a la rama en la que se encontraba, hasta que pasó un niño jugando con su cometa. Se desprendió en el preciso instante en el que el viento sopló hacia la cometa, y surcó el aire hasta pegarse a ella. Desde lo alto pudo contemplar a las demás...
...El hombre miró sonriendo a su hijo. Éste parecía no entender nada, entonces le preguntó si él era una hoja. El niño aún siendo lo suficientemente mayor para entenderlo, se quedó más sorprendido si cabe, y respondió con un no sordo y un movimiento de su cabeza acorde con la negación.
Entonces el padre le dijo: -Hijo,... si te quedas esperando a que la vida te lo entregue todo, quedarás a expensas de los vientos del destino. Una vez tengas que partir de esta casa, si no continuas soñando, te quedarás en el suelo como las hojas,... y te verás frágil y rodeado de otras hojas como tú, y el estar con otras hojas hará que quizás te sientas algo seguro, pero el destino te llevará donde a él le convenga. El viento te transportará a ti y a las otras hasta desintegrarte en la tierra. Pero tú no eres una hoja. Y puedes decidir soñar como lo hizo la última de ellas...Después de una pausa en la que el pequeño pareció empezar a entender algo, continuó con voz firme. -No dejes de soñar como lo haces ahora; en tu mente hay castillos en los que tú eres el príncipe, alas en tu espalda con las que tú puedes volar, no existe la preocupación ni el mañana, solo tu presente,...vivir, reír y soñar. Hijo, si dejas de soñar... cuando la vida te traiga preocupaciones...Te convertirás en una de esas hojas. Por lo tanto, no dejes de hacerlo por más que intenten arrebatártelo, y recuerda, nunca es tarde para empezar a soñar. Como esas hojas... puede que te olvides durante un tiempo de quién eres, y qué has venido a hacer aquí, y caigas al suelo con las demás ...Recuerda, vuelve a soñar y el viento del destino te seguirá a donde tú lo lleves... y una vez en lo alto del cielo, respira con calma y mira abajo, sin vértigo, verás remolinos de hojas, y más hojas y más...recuerda. Todas ellas dejaron de soñar."
Por Jordi Núñez
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